El majestuoso puma santacruceño

El “gran gato americano” está en los titulares de toda la Patagonia. En el lago Argentino, cercanías de El Calafate, se observó un ejemplar de la especie “navegando” sobre un témpano. De pronto la polémica se apoderó de las Redes. ¿Se encontraba el felino en riesgo? ¿Es normal observarlos bajo dichas circunstancias? Como disparador de debate consultamos a productores agropecuarios de la provincia y a ecologistas conservacionistas sobre la actualidad del gran carnívoro de la cadena alimentaria de la región. Su rol en la naturaleza, la caza indiscriminada y la posibilidad de explorar una presencia que se remonta a miles de años en estepas y cañadones con la producción ganadera. En el Noroeste de Santa Cruz es una especie frecuente.
Durante años, décadas y hasta podría arriesgarse un siglo bien entrado, Santa Cruz se fue poblando, armando y planificando según sus emprendimientos ganaderos, con especial énfasis en los ovinos. Los precios internacionales de la lana y la calidad suprema de la carne del mismo, hicieron poblar de merino escocés entre otros los 243.000 kilómetros cuadrados santacruceños; mucha estepa, mucha pradera para pastura y también salpicado de cañadones, adonde el Puma se instala y debido al camuflaje y lo silencioso de sus movimientos, campea cómodo.
Es el depredador natural del Guanaco, y una medida de control de sus poblaciones. También depreda el ganado ovino, ya que es tan inteligente que solamente muy desesperado por hambre puede atacar a una res bovina; los vacunos son de plantarse y ofrecerle combate, y sus pezuñas pueden llevar a una herida definitiva en la vida de un felino que depende sobremanera de su condición física para cazar. Al evaluar riesgo beneficio, prefiere la mansedumbre del ovino a la hora de cazar.

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